Richard Neutra, en palabras de Bucho.

Richard Neutra

Creo que Neutra no ha sido aún suficientemente valorado. En sus obras se produce una ruptura con formas anteriores, a la vez que una síntesis de muchas cosas que mucha gente fue planteando a lo largo del tiempo. Con su llegada a los Estados Unidos, se vincula en sus obras la pertenencia a la cultura vienesa, con las formas de vida americana. Con trasparencias, reflejos, muros que se corren, muebles que son límites entre adentro y fuera, sus casas descubren nuevas relaciones entre el exterior y el interior. En ellas se da lugar al programa de la vida doméstica moderna. Las posibilidades de cultivar el jardín, y también las posibilidades de cultivar una sensibilidad artística, musical, y plástica, todas las posibilidades humanas parecen ampliarse en la concepción de sus casas. Neutra es eso. 

En el siglo XIV nadie pensaba que estar mirando afuera era mirar el paisaje y que tal cosa era susceptible de una apreciación estética. Es un cambio cultural que se evidencia cuando aparece el paisaje en la pintura. La tapicería inglesa, además de mostrar cómo eran los barcos, las armaduras y los escudos pertenecientes a los caballeros normandos, muestra el jardín rodeado de cercos, con un árbol, una doncella, frutas y pájaros. El jardín era una metáfora del paraíso. Nadie pensaba en la naturaleza como belleza. Imposible a su vez pensar que el Renacimiento descubriera el plateado y los brillos de la trucha en movimiento, como si fue un tema de los románticos alemanes. Es en el siglo XIX,  cuando se piensa  -“¡Que divino paisaje estoy mirando! Las casa de Mies Van der Rohe, o de Le Corbusier,  pertenecen aún a esos vínculos contemplativos, apreciativos del exterior, admirativos de la naturaleza. Frente a la Casa Farnsworth, y en mayor medida frente a la Villa Savoye, el de las obras de Neutra es un paisaje mucho más moderno. Con la concepción misma del cristal como un muro que se corre y desaparece, Neutra genera también un nuevo paisaje interior, y con el uso tan inteligente de los muros bajos, suprime lo inmediato del primer plano trasladando las miradas desde el interior hacia el paisaje lejanoEn cambio, un cristal entero como el de la casa Farnsworth, está en medio de un parque maravilloso, frente a unos árboles fantásticos, la  primavera, el otoño, la lluvia y el invierno, pero ante ellos el vínculo planteado no deja de ser contemplativo. Cuesta imaginar a la madame de la Villa Savoye bajando al suelo con el plantín y la pala. pero en una casa de Neutra  parece natural que al correr un cristal salga la señora, con una palita, el pelo recogido y jeans a cultivar su jardín.

Aprender de Neutra es aceptar y asumir una forma de vida, y transformarla en un objeto estético.